Los ensayos de pretemporada de Fórmula 1, programados del 26 al 28 de febrero en el Circuito Internacional de Bahréin, son la última oportunidad para que los diez equipos de la parrilla ajusten, comprendan y mejoren sus nuevos bólidos antes del primer gran premio del año, el 16 de marzo en Australia.
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Para los fanáticos, estos entrenamientos marcan el regreso del Gran Circo a la pantalla. Surgen muchas incógnitas: ¿Quién será el más rápido? ¿Qué es lo realmente relevante? ¿Cómo anda Fernando Alonso?
Estas pruebas de pretemporada son particularmente engañosas, no basta con observar la clasificación final para determinar cuál es el coche más veloz, ya que, como en cualquier jornada de Fórmula 1, la tabla ordena a los pilotos por su vuelta más rápida. Sin embargo, nadie exprime al máximo sus máquinas en estos test. Algunos equipos intentan ocultar sus estrategias de cara a la primera carrera, mientras que otros se acercan más al límite para atraer posibles patrocinadores.
Es fundamental prestar atención al desgaste y los ritmos en tandas largas. Durante los tres días de pruebas, cada escudería dispone de 24 horas de rodaje potencial, por lo que gran parte de ese tiempo se dedica a simulaciones de carrera. Aunque no es un dato totalmente fiable, ya que se desconocen los niveles de combustible utilizados, el esfuerzo del piloto y las especificaciones técnicas empleadas, la consistencia de los tiempos a lo largo de varias vueltas y las comparaciones con otros autos pueden ofrecer pistas valiosas sobre la velocidad y el manejo de los neumáticos.
Además, el número total de vueltas es un buen indicador del rendimiento. La ausencia de problemas mecánicos y salidas de pista es crucial, no solo porque indica que un coche ha tenido un buen inicio, sino porque permite al equipo probar más componentes y configuraciones aerodinámicas.
El AMR25 es un enigma. La evolución de Aston Martin en las últimas temporadas ha sido cuestionable, pero los grandes cambios en el departamento técnico de la fábrica de Silverstone generan expectativas para una temporada de transición.
En cuanto a Fernando Alonso, ha mostrado cierto optimismo de cara a la nueva temporada: “”Hemos aprendido de lo sucedido en 2024 y el equipo lo ha utilizado como un impulso para llegar a esta temporada””, afirmó sobre su nuevo monoplaza.
Los ensayos en Bahréin serán un buen termómetro del rendimiento de los coches verdes. Un desempeño sólido podría significar un regreso al podio, y aunque las primeras carreras podrían ser complicadas para el asturiano, la llegada en marzo de Adrian Newey y el paquete de mejoras planeado para el Gran Premio de España podrían cambiar su suerte.
Por otro lado, Carlos Sainz enfrenta un año desafiante. Williams no ha sido competitivo desde hace una década, y no hay señales de una mejora significativa. Sin embargo, la potente dupla que formará con Alex Albon tiene todas las chances de dominar la parte trasera de la parrilla.
El objetivo principal para el equipo inglés será puntuar. Con la mirada puesta en 2026, que traerá un cambio de reglamentación que podría sacudir el panorama, Williams busca destacar en 2025 y acercarse al pelotón intermedio, lugar desde donde Sainz podría demostrar su talento y regresar pronto a un equipo puntero.